November 30, 2007
Ocho menos cuarto de la mañana, una cafetería cualquiera en una ciudad cualquiera. "Hola, buenos días" saluda ella al entrar. El camarero, un tipo alto y delgado, se acerca con expresión somnolienta mientras seca con esmero los bordes de una copa de cristal. Un leve gesto con la cabeza es su respuesta.
- ¿Me pondrías un zumo de naranja, por favor?
- ¿Lo quieres de bote o natural?
- Natural.
- No, natural no hacemos. Sólo hay de bote.
- ¿Entonces para qué preguntas? ¿Para hacerme ilusiones y luego nada?
- No joder, para avisarte de que no había natural. ¿Lo quieres de piña mejor?
- Pues no, no me gusta de piña. De naranja, aunque sea de bote.
- Es que se me ha acabado el de naranja.
- (...)
- ¿Ponemos piña?
- Me estás tomado el pelo, ¿no?
- Que no, joder. Que no hay de naranja.
- Y si te pido piña, me dirás que no hay piña.
- Que no, que de piña sí hay.
- A ver, enséñamelo. Saca todos los sabores que tengas.
Piña, melocotón, pera, tropical, mediterráneo con yogur y frutas del bosque quedan expuestos y ordenados a lo largo de barra. "¿Y batidos no tienes?" pregunta ella tras haber observado uno a uno con gesto contrariado los envases que se le ofrecen. "También" contesta ufano él. Vainilla, chocolate y fresa aumentan la colección de botellines que se acumulan sobre la encimera.
- ¿Y bien? -inquiere él impaciente minutos después.
- Uhm... -ella continúa leyendo las etiquetas de cada producto.
- ¿Cual te apetece?
- Pues... Nada. Me temo que el antojo de zumo de naranja natural que me has creado es demasiado poderoso. Voy a preguntar en otro café. ¡Hasta otra!
Él la observa mientras ella sale de su establecimiento con gesto altivo y haciendo ruido con sus tacones. "Menuda zorra" piensa. Y vuelve a meter uno a uno sus zumos de frutas en el refrigerador. "Hostia, quedaba uno de naranja"
- ¿Me pondrías un zumo de naranja, por favor?
- ¿Lo quieres de bote o natural?
- Natural.
- No, natural no hacemos. Sólo hay de bote.
- ¿Entonces para qué preguntas? ¿Para hacerme ilusiones y luego nada?
- No joder, para avisarte de que no había natural. ¿Lo quieres de piña mejor?
- Pues no, no me gusta de piña. De naranja, aunque sea de bote.
- Es que se me ha acabado el de naranja.
- (...)
- ¿Ponemos piña?
- Me estás tomado el pelo, ¿no?
- Que no, joder. Que no hay de naranja.
- Y si te pido piña, me dirás que no hay piña.
- Que no, que de piña sí hay.
- A ver, enséñamelo. Saca todos los sabores que tengas.
Piña, melocotón, pera, tropical, mediterráneo con yogur y frutas del bosque quedan expuestos y ordenados a lo largo de barra. "¿Y batidos no tienes?" pregunta ella tras haber observado uno a uno con gesto contrariado los envases que se le ofrecen. "También" contesta ufano él. Vainilla, chocolate y fresa aumentan la colección de botellines que se acumulan sobre la encimera.
- ¿Y bien? -inquiere él impaciente minutos después.
- Uhm... -ella continúa leyendo las etiquetas de cada producto.
- ¿Cual te apetece?
- Pues... Nada. Me temo que el antojo de zumo de naranja natural que me has creado es demasiado poderoso. Voy a preguntar en otro café. ¡Hasta otra!
Él la observa mientras ella sale de su establecimiento con gesto altivo y haciendo ruido con sus tacones. "Menuda zorra" piensa. Y vuelve a meter uno a uno sus zumos de frutas en el refrigerador. "Hostia, quedaba uno de naranja"
Labels: The storyteller
posted by Tamaruca at 2:59 PM |
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