November 13, 2007
Eran cerca de las 4:30 cuando cerré las verjas laterales del Templo. A esas horas ya no quedan turistas. Y menos ahora, en noviembre, que anochece tan pronto.
Bajé despacio la ladera del monte Parnasos hasta la caseta, como cada día, para buscar la comida de los gatos de Delfos. ¡Loloooh! ¡Aéginaaah! ¡Poseidoooón! Llamé una y otra vez. ¡Loooloooh! ¡Aeginaaaah! Sin embargo, no aparecían. ¡Loooloooh! (...)
Entonces las vi. Podrían ser de cualquier lugar. Una de ellas recogía piedras del suelo. La otra regalaba mimos a los felinos; los tenía completamente hipnotizados, tanto que ni siquiera acudían a mi llamada. Tuve que acercarme mucho para que Lolo, Aégina y Poseidón olieran su almuerzo y renunciasen a las caricias de aquella joven.
¿Le importa que le dé el pecho aquí? -leí en la guía que me mostraba la chica que recogía piedras. Ah, no. Parecía haberse equivocado. ¿Cómo te llamas? -señaló azorada un poco más arriba en la misma página. Ahora sí. Bassilis -respondí. ¿Italia? -aposté. ¡Casi! -contestaron al unísono. Fallé. Al parecer, estas rubias tan sonrientes venían de España.
Continuará...
Bajé despacio la ladera del monte Parnasos hasta la caseta, como cada día, para buscar la comida de los gatos de Delfos. ¡Loloooh! ¡Aéginaaah! ¡Poseidoooón! Llamé una y otra vez. ¡Loooloooh! ¡Aeginaaaah! Sin embargo, no aparecían. ¡Loooloooh! (...)
Entonces las vi. Podrían ser de cualquier lugar. Una de ellas recogía piedras del suelo. La otra regalaba mimos a los felinos; los tenía completamente hipnotizados, tanto que ni siquiera acudían a mi llamada. Tuve que acercarme mucho para que Lolo, Aégina y Poseidón olieran su almuerzo y renunciasen a las caricias de aquella joven.
¿Le importa que le dé el pecho aquí? -leí en la guía que me mostraba la chica que recogía piedras. Ah, no. Parecía haberse equivocado. ¿Cómo te llamas? -señaló azorada un poco más arriba en la misma página. Ahora sí. Bassilis -respondí. ¿Italia? -aposté. ¡Casi! -contestaron al unísono. Fallé. Al parecer, estas rubias tan sonrientes venían de España.
Continuará...
Labels: The storyteller, Travelling
posted by Tamaruca at 4:21 PM |
21 Comments:
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Post a CommentAt 8:36 PM,
At 2:37 PM, MidnightSong
At 3:47 PM, CurroClint
At 4:49 PM,
Caramba, ¿de verdad no se entiende? Está narrado desde el punto de vista de Bassilis, en 1ª persona pero metida en el personaje del griego. Las dos turistas que el cuidador encuentra perdidas en el templo, somos Glenclous y yo... Voy a tratar de arreglarlo para que se entienda mejor y continúo la historia.
Y Dude, ¡jajaja! No te digo que no ;)
¡Besitos!