October 29, 2008
Esa misma tarde volví a coincidir con él en el ascensor. Lo había visto junto a los buzones por la mañana, ojeroso y descompuesto, impregnado del característico hedor de una mala noche de borrachera. Con la ayuda de un grueso rotulador, tachaba algo obsesivamente. Había manipulado la plaquita metálica correspondiente a su piso, de modo que ahora se leía:


Lucien du Laurent Pinon
Isabelle Ossard Bènichou
2º A


Durante el proceso, algo que parecía una fotografía, cayó del bolsillo trasero de sus vaqueros desgastados. La recogió y la introdujo en la papelera destinada a publicidad. Fue en ese instante cuando se percató de mi presencia y, sin inmutarse lo más mínimo, susurró: "C'est la vie" Inmediatamente después, subió dando tumbos por la escalera principal.

Esto había ocurrido a primera hora de la mañana. Ahora eran las ocho de la tarde y de nuevo volvíamos a encontrarnos en el rellano.

- Pardonez-moi -exclamó aturdido mientras me empujaba para mirar dentro del ascensor en el que yo me encontraba.
- ¿Puedo ayudarle en algo? -pregunté algo molesta por el empujón recibido.
- Creo que no... Merci.
- ¿Busca usted algo? -añadí al observar cómo se asomaba tras el mostrador de portería.
- Oh, guealmente... -titubeó-. Tal ves usted sí puede ayudagmé. Usted vio a mí esta mañana, ¿es coguectó?
- Coguecto -afirmé con rotundidad.
- Tal ves usted viega... ummm... yo tenía ici...

Cuando aquel individuo de elevada estatura y profundos ojos azules introdujo las manos en los vacíos bolsillos de su pantalón, me aventuré hacia la papelera y busqué allí lo que horas antes me había parecido un retrato. Bingo. La imagen de una preciosa joven de cabello corto permanecía oculta tras un pliego de Mercamueble.

- ¿Es esto? -dije mientras le tendía su fotografía.
- Oui! Merci, merci...

Y no dijo nada más. Grandes lagrimones empezaron a recorrer su pálido rostro. Avancé hasta el ascensor y pulsé el botón del 4º piso rápidamente. Era una situación algo incómoda.

- Merci -repitió antes de que las puertas automáticas se cerrasen-. "C'est l'amour"


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posted by Tamaruca at 5:54 PM | 24 comments
October 21, 2008
Cuando mi sobrina salió corriendo y agitando el cofre de las trece arras a modo de maraca, mi cuñada, que estaba sentada a mi izquierda en el banco, persiguió a su hija hasta los jardines laterales. Mientras tanto, Jorge y su hermano, que habían estado sentados a mi derecha, se habían escabullido hasta la puerta de la iglesia para decorar el coche nupcial con papel higiénico, globos y latas. En ese mismo instante, el niño que llevaba la cajita con las alianzas decidió que era muy divertido aquello de sacudirla y hacer música también; como la acústica de los aros en el joyero de felpa no era tan buena como la de las monedas en la caja de madera, se enfadó y se puso a llorar. La prima de Jorge salió a la calle también a tratar de consolar al monaguillo llorón. El resultado fue que me quedé absolutamente sola en mi sitio y no tenía ni idea de cuándo me tocaba salir a leer.





Me equivoqué, por supuesto. Me levanté antes de tiempo y leí una cosa que no era. No importó demasiado; los asistentes andábamos algo dispersos y, teniendo en cuenta que los micrófonos no eran lo último en tecnología, ni siquiera nos enteramos demasiado bien de cuándo la pareja se dio el "si quiero". Sólo cuando los vimos pegarse el lote (porque ellos no se besan, se pegan el lote), un estruendoso aplauso espontáneo hizo vibrar la capilla.

Lo curioso de todo esto es que, a pesar de los avatares, ha sido el enlace más entrañable, gamberro y divertido que he tenido la suerte de vivir. Y ahora que por fin ha finalizado la maratón de bodas 2008 y, después de haber despotricado tanto contra este tipo de eventos, es justo que reconozca que...

Ostras, qué bien me lo he pasado.

¿Para cuándo la próxima?

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posted by Tamaruca at 3:56 PM | 40 comments