January 25, 2011
Me asomé al balcón y observé resignada el panorama. Me remangué las perneras del pijama, me calcé las chanclas de goma y me dirigí hacia la puerta de casa. Flosch, sonó al pisar el jardín. Flosch. Hasta el tobillo. Flosch. Cubría hasta el tobillo. Flosch. Flosch. No era agua. Era una especie de fango arcilloso de color naranja. Flosch. Flosch. Jo, qué asco. Flosch. Puajj...

Seguía lloviendo. Mi coche se había desplazado varios metros calle abajo durante la riada que provocó la tormenta. Finalmente había topado con una palmera que, por suerte, había impedido que navegase hasta el mar pero el pobre no estaba atravesando lo que se diría su mejor momento. Medio cruzado en la carretera y cubierto de lodo, obstaculizaba el paso de las máquinas que trataban de arreglar el desaguisado.

- ¡Eh, usted! ¡La del pelo a lo macho! ¿Es ese su carro?

¿Me están gritando a mí? ¿Quién? ¿Dónde? ¿Carro? ¿¿Pelo a lo macho??

- ¡Eh! ¡Estoy acá! En verdad su carro se ve como un emparedado, ¡jaja!

Qué bien, justo lo que necesitaba: el gracioso de turno. El gracioso de turno con una pala. Vale, igual sí que es lo que necesitaba.

- Yo le ayudo, ¿ok? Despejamos acá entre las ruedas para que pueda moverlo y que pasen luego mis camaradas con la herramienta, ¿ok señorita? ¿Señora o señorita? ¿Es usted casada?
- Si tienes otra pala... -musité- podría avanzar desde el otro lado -cualquier cosa con tal de sacar cuanto antes mis pies de semejante barrizal, ¿cómo es posible que la gente con pasta se embadurne entera en esta guarrada?
- Ah no, eso sí que no. Es peligroso -respondió mientras hincaba la pala en el lodo y sacaba algo enterrado-. ¡Mire lo que se puede uno encontrar!

Zas. Un erizo. Un erizo muerto. Un erizo muerto del tamaño de un gato. Un erizo muerto del tamaño de un gato al lado de mis pies semidescalzos. Puaajjj... Deseé durante unos segundos lavarme los pies con sosa cáustica, como el payaso de Álex de la Iglesia. Puaaaajjjj...

Traté de salir corriendo del lugar pero las chancletas hacían ventosa en el barro y sólo logré una especie de aleteo ridículo flosch-flosch-flosch.

- ¿Está usted bien? -preguntó intrigado el individuo de la pala.
- ¿Me puede prestar su pala de una vez y buscarse otra? ¿¿Prefiere acabar hoy o mañana??
- Teeeenga pues.... -dijo al fin mientras soltaba el apero- Es usted un poquico borde, mamita -refunfuñó mientras se alejaba.


Hala pues.

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posted by Tamaruca at 1:28 PM | 3 comments
January 21, 2011
"No quería portarme mal con Jerry. Lo que quería era saber que podía salir y entrar cuando quisiera, tener una sensación de plena libertad. Y, además, como ya había leído todos los libros de la casa no menos de un par de veces, la cosa se ponía bastante aburrida durante las ausencias de Jerry: un montón de tardes vacías y noches solitarias. De mis lecturas había extraído la conclusión de que estando aburrido, puede uno hacer cosas terribles, cosas que siempre cuestan algún grave disgusto. De hecho, si las hace uno es precisamente para eso, para llevarse un disgusto, y dejar así de aburrirse"


Sam Savage

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posted by Tamaruca at 12:01 PM | 4 comments
January 18, 2011
Entré en casa corriendo. Lancé el bolso sobre el sofá y las sandalias bajo la mesa. Subí las escaleras de dos en dos mientras me sacaba la camiseta del revés por la cabeza y dejaba caer los vaqueros al suelo. Sirius Black, mi amigo fiel, recogió mi ropa al vuelo de un mordisco certero y me persiguió hasta la habitación.

Abrí las puertas del armario azul y me quedé allí unos segundos, absorta, descalza y en ropa interior, observando como una idiota las perchas de colores. Esta no era una vacante. Era "la vacante". Qué más da el modelo que te pongas. No te van a elegir, pensé. Qué decepción. Qué pensamiento tan derrotista. ¿Ese pensamiento es tuyo? Tamaruca no piensa así. ¿Qué demonios has hecho con Tamaruca? Estoy aquí. ¿Aquí, dónde? Aquí, un poco aplastada por esa pesada agobiada con la hipoteca y con responsabilidades de... ¿De qué? ¿De qué mierda me hablas? ¿Aplastada? ¿¿Estás o no?? ¡¡Estoy, estoy!! ¡¿Dónde?! ¡¡Aquí!! ¡¡Pues vístete y corre!!

Estiré de la percha roja. El vestido que me trajeron los reyes Magos todavía tenía la etiqueta puesta. Entré en el baño y busqué mi reflejo. Tuve que apretar la nariz contra el espejo porque -así entre tú y yo- es cierto que Tamaruca estaba un poco aplastada. Agua fría. Eso es lo que te hace falta.

Bajo la ducha de agua helada, la pesada responsable intervino: ¿Seguro que esto es bueno para tu catarro? Tienes la nariz más colorada que un reno de Santa Claus. Calla. Te va a subir más la fiebre. Cállate, coño. ¿Tan interesante es ese puesto o qué? No te ilusiones demasiado, es muy complicado. Si no te sale bien esto, te vas a poner muy triste. ¿Y qué? ¿Qué pasa por estar triste un rato? Además, me tiene que salir sí o sí.





Sí o sí.

Deseadme suerte.

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posted by Tamaruca at 1:44 PM | 14 comments
January 13, 2011
- ¿Dígame?
- Hola...
- ¿Ya has vuelto?
- Si...
- ¿Y hasta cuándo te quedas?
- No lo sé.
- ¿Estás bien?
- No mucho, la verdad.
- Ahora mismo voy.
- Grac...


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posted by Tamaruca at 12:06 PM | 10 comments