May 18, 2009
El dolor punzante comenzó a resultar insoportable cuando el festival de Eurovisión anunciaba su vigésimo participante. Aún así, aguanté hasta las puntuaciones rezando para que el demonio de la muela no se despertase.

Ja. Uno nunca aprende que rezar no sirve para nada. Una hora después perdí el control de mis actos. Lloraba, gritaba, me retorcía por el suelo y demás espectáculos varios. Jorge, desesperado, me metió en el coche y me llevó a URGENCIAS.

Por lo que acierto a recordar, llegamos cerca de las 3 de la madrugada. Era una nave prefabricada en medio del monte y, contra todo pronóstico, a pesar de ser sábado por la noche, no estaba atestada de gente. El lugar, siguiendo la línea de semidesertización patente en toda la isla, estaba prácticamente vacío. Tan sólo una agarena, con su burqa y su bebé, aguardaban pacientes en la sala de espera.

Una hora de dolor agonizante después, una figura notablemente alta y delgada se asomó a la sala de espera y, con marcado acento inglés, preguntó:

- Susanno... Bloom? Blosck? Blade? Blooo... mmm?
- ¿Blasco puede ser? -preguntó Jorge, muy avispado él, deduciendo que preguntaban por mí. Más que nada, porque era la única persona ya que quedaba esperando en la sala.
- Oh, yes, Blouscou. Puede acompañar a mí, please -me dijo sonriendo mientras me observaba divertido con sus clarísimos ojos azules.

Leonardo di Caprio, pensé. El médico es Leonardo di Caprio con veinte años y acné. Leonardo di Caprio con veinte años, acné y un nivel de español de suspenso en el First Certificate. Genial.

Jorge observó mi rostro palidecido de pánico, y pidió que le permitiesen acompañarme al interior.

- ¿Puedo entrar con ella?
- No, ustes puede esperrar aquí, thanks.

Y, cogiéndome de la mano, el Dr. di Caprio me hizo pasar tras las portezuelas blancas, y después tras una enorme cortina gris.


Continuará...

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posted by Tamaruca at 10:50 AM | 56 comments