- ¿Y?
- Tú has estado ya, ¿no? -preguntó, asomando la cabeza por detrás de la pantalla de mi ordenador.
- Claro -respondí, haciéndome la interesante.
El informático se incorporó con energía, acercó una silla y se sentó a mi lado. Desconectó el cable de red de mi portátil, me miró fijamente y comenzó así un extraño interrogatorio.
- ¿Y te gustaron los streaptease?
- Pues... psch.
- ¿Psch? -parecía desconcertado.
- Sí. Psch. Ya sabes. Lo del Plata no es precisamente el concepto que yo tengo de un buen streaptease.
- ¿Pero no llevaba Bigas Luna la dirección artística ahora?
- ¡Pues por eso mismo! Teta, teta. Culo, culo. Cuando llego tarde a trabajar y entro en la ducha a toda velocidad, mi coreografía es más artística y sutil, te lo aseguro.
- Qué manía le tienes al pobre hombre. Tu opinión no es fiable.
- Pues vale, pues no opino más -contesté mosqueada. Siempre que alguien saca a colación el nombre del susodicho cineasta, acabo mosqueada. No sé cómo me las apaño.
- ¿Entonces no te gustó? ¿No merece la pena ir? -insistió mi compañero pasados unos segundos.
- ¡Que sí que me gustó, claro que me gustó! Globalmente el espectáculo es muy divertido. Surrealista, si quieres. Buenas voces y ambiente muy agradable. El personal es muy amable. Tienes que ir. Además, qué pesado estás con que no. ¿Por qué no te apetece?
- No sé...
Al cabo de otros pocos segundos más reanudó el interrogatorio.
- Tam...
- ¿Sí?
- ¿Es verdad que hay un tío que baila capoeira como dios lo trajo al mundo?
- Sí.
- Ahm... ¿Y está bien?
- Baila muy bien, claro.
- Que no, joder Tam. Me refiero a si...
- ¿A si...?
- Si está bien de... macizo, vaya. Si es guaperas el pavo.
- Pues si he de serte sincera, no me fijé en la cara. Pero claro, tiene un cuerpo muy bonito, muy atlético -ahora la que estaba algo desconcertada era yo.
- ¿Y de...?
- ¿De?
- De... Ya sabes...
- De... Uhm... De... -vale, estaba completamente perdida.
- Joder Tam, no te enteras, ¿eh? Hay que decirte todo clarito. Que cómo está de lo suyo, que si la tiene...
- ¡Ah! Pues... Pues no.
- ¿No?
- No.
- ¿No muy gran...?
- No.
- ¿No? ¿Más bien peq...?
- Chiquitica.
- ¿¿Ah, sí??
- Chiquitica, chiquitica.
- ¿¿En serio??
El informático ante esta declaración salió de mi despacho entusiasmado. Me comentó algo de quedar este mismo sábado en el café todos juntos; por lo visto a su novia le hacía mucha ilusión conocer el lugar. El oscuro e insondable universo de la psique masculina, ¿ah?
Me quedé con la duda de si había hecho bien o mal contándole esa última mentirijilla pero, ¿quién habría podido resistirse?
Labels: Friends, Her office
At 7:29 PM,
At 7:49 PM,
At 9:07 AM, finnegan bell
At 9:09 AM,
At 1:56 PM, MidnightSong
At 4:16 PM,
Hola guapa !! que ilusión me ha hecho volver a verte por mi fotolog :-).
Me apunto en el grupo que piensa que los hombres son más complicados (mi voto vale por dos al ser yo uno de ellos?? jajaja).
Por cierto, ayer me compré "Tokio Blues", en cuanto me lo lea te cuento que tal.
Muchos muchos besicos.
Efrén.
At 1:50 AM,
At 10:09 AM,
At 10:50 AM, Ramón María
Aúnque te leo, no suelo comentar tus estupendos diálogos, relatos...
En fin, pra agradecertelo permiteme con humildad darte un regalo, pasate por mi blog si lo quieres.
http://rvadillo-montxu.blogspot.com/2008/09/premio-proximidad.html
Por cierto, ya vale de meteros con los que la tenemos pequeñitaaaaaa jajajajaja.
Agur un saludo.
At 8:50 PM,