- ¡Auh! ¡Te me estás clavando hasta las tapas! ¿Es necesario que esa loca apriete tanto contigo?
- Pues no lo sé, debe estar nerviosa porque me ha pegado ya cuatro mordiscos en el tape que no veas.
- ¿Qué le pasará? ¿Se habrá cabreado con el blog o qué?
- No. Debe estar escribiendo cosas demasiado personales, supongo. Por eso nos ha cogido a nosotr... ¡Auh! ¡Otro mordisco! Luego no cerraré bien y se me secará la tinta.
- ¡Jajaja!
- ¿Crees que me tirará a la basura si eso ocurre? ¡Qué miedo!
- Pues yo me alegraría porque eres el boli más coñazo que he conocido en la vida. Todo el puto día quejándote.
- ¡Insensible! ¡Buaaahh!
- ¡Quejica! Si te hubiese hecho como a mi hace poco... ¡Un capítulo entero a la mierda!
- ¿Cómo? ¿Qué capítulo?
- El anterior. Lo arrancó entero. Se me quedó un dolor de espiral.... ¡Buff!
- Qué salvaje... ¿Y todas las palabras que había escrito ahí? Me dejé más de media carga de tinta con ellas.
- Pues todo a la mierda.
- Jo...
- Podías echar un vistazo desde ahí arriba, tú que ves algo. ¿Sobre qué está escribiendo ahora?
- A ver, a ver...
- Y de paso trata de que le sude un poco la mano, a ver si te resbalas un poco porque me estás destrozando las cuatro páginas siguientes con tanta presión.
- Miraaa.... ¿Quién es ahora el quejicaaaaaa?
- Gñññeee... Rencoros...
- ¡Oh no! ¡¡Oh no!!
- ¿Qué ocurre?
- ¡¡Horror!!
- ¡¡Qué ocurre!!
- Ha vuelto a escribir sobre lo mismo del capítulo anterior...
- ¡¡No!!
- Eso me temo...
- ¡No escribas más, bloquea la bola!
- ¡Sí claro! ¿Para que me tire antes a la basura, no? ¡Ni de coña!
- Por favor... Si no dentro de cuatro días estará otra vez arrancado hojas, ¡me quedaré tísico! Y será peor para los dos. Por favor, por favor... Haz algo...
- Bueeenoooo.... Lo intentaré.
Ostras qué mal pinta este boli...
¡¡HHHHAAA, HHAAHH!!
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Labels: The storyteller
At 9:01 PM,
LA FABULA DEL BOLÍGRAFO DE JUAN
- ¡Oh, una papelería! Justo lo que estaba buscando. Entraré a comprar el bolígrafo que necesito para el cole...
- Buenos días. ¿Me da un bolígrafo azul?
- Toma. Elige el que quieras.
- Me llevaré éste de punta gruesa.
Juan coge su bolígrafo y echa a correr hacia el colegio.
"A ver si en este curso que hoy comienza saco mejores notas que en el anterior", piensa Juan antes de entrar en clase.
El profesor, después de saludar a los niños e indicarles el lugar que debe ocupar cada uno, dice:
- Vamos a comenzar con un repaso del curso anterior.
Al oír esto, Juan empieza a temblar. El curso anterior lo había sacado por los pelos y eso gracias a las clases de recuperación. Y ahora, después de pasarse el verano sin dar golpe...
- Comencemos por un dictado -ordena el profesor.
Juan saca el cuaderno y el bolígrafo y con gran temor empieza a escribir. Pronto la duda de si con "b" o con "y" y con "h" o sin ella invade su mente. Pero cuál no será su asombro al ver que el bolígrafo, con gran rapidez y seguridad, se desliza sobre el cuaderno, escribiendo con perfección todo cuanto el profesor va dictando.
El niño está perplejo, pero consciente del lío que se formaría si el profesor y los compañeros descubrieran la verdad, coloca el bolígrafo entre sus dedos, simulando ser él quien escribe. Una vez concluido el dictado, el profesor recoge los cuadernos. A continuación escribe en la pizarra unos problemas.
Juan, mientras los copia, se pregunta: "Qué pasará ahora?"
Pronto encuentra una respuesta a su acuciante pregunta, porque el bolígrafo, con gran habilidad, va resolviendo, uno tras otro, todos los problemas. Como es lógico, él es el primero en devolver al profesor el trabajo terminado.
Éste le insinúa:
- No crees que te has dado demasiada prisa? ¿No sería mejor que les dieras un repasito antes de entregarlos?
- No, señor. Prefiero dejarlos como están.
El profesor revisa minuciosamente los problemas de Juan. ¡Ni un solo error! A continuación corrige su dictado. ¡Ni una sola falta!
El profesor, muy extrañado, le pregunta:
- Oye, ¿eres tú el mismo Juan que el curso pasado fue un desastre?
- Sí, señor.
- Estudiaste mucho durante las vacaciones?
- Ya ve...
- Bien. Pues, si sigues así, este curso vas a sacar matrícula de honor.
Llega la hora del recreo y todos bajan al patio. Allí, los compañeros felicitan a Juan.
- Enhorabuena, Juan. ¡Vaya suerte que has tenido con los problemas, con lo difíciles que eran! -exclama uno de sus compañeros.
- Estás hecho un empollón! -le dice otro.
- Has debido romperte los codos estudiando este verano, ¿eh?, porque anda que el año pasado...
Así fueron pasando los días. Éxito tras éxito.
Juan estaba emocionado. Tan emocionado que no se preocupaba en coger un solo libro. "Para qué -pensaba-, si con mi bolígrafo mágico lo tengo todo resuelto?"
Hoy, Juan está especialmente contento. 'Tienen examen y piensa lucirse de lo lindo ante sus compañeros. Hasta tiene pensado lo que les va a pedir a sus padres por las brillantes notas que va a sacar.
"Al fin tendré el videojuego que tanto me gusta. Con las notas que tendré, mis padres no se podrán negar..."
Entran en clase. El profesor reparte las hojas para el examen. Juan abre su cartera para sacar su extraordinario bolígrafo y...
- Oh, cielos! No veo el bolígrafo.
El niño busca afanosamente por todos los rincones de la cartera. La búsqueda resulta inútil. Todos los niños han comenzado ya su trabajo. El profesor observa que Juan está muy nervioso y no ha empezado su examen, y le pregunta:
- Deseas alguna aclaración, Juan?
- No, señor profesor. Es que no tengo mi bolígrafo. ¿Puedo ir un momento a casa a recogerlo?
- No te melestes. Yo te dejaré el mío.
- Gracias, pero estoy acostumbrado al mío... -dice con voz temblorosa.
- Basta ya o distraerás a tus compañeros con la conversación! ¿Qué más da un bolígrafo que otro?
Juan nota cómo un sudor frío riega todo su cuerpo. Como era de suponer, el examen resulta un verdadero desastre.
- Pero Juan, ¿qué te ha pasado? -le pregunta el profesor, sin poder dar crédito a lo que está viendo-. Espacios en blanco, tachaduras por todas partes y, lo poco que has contestado, todo mal,.. ¡No comprendo!
- Es difícil de explicar, señor profesor -responde Juan entre sollozos-, pero le aseguro que no volverá a suceder.
En ese instante oye la voz de su madre que le dice:
- Vamos, hijo, que hoy comienzan las clases. No vayas a llegar tarde al colegio. Juan se levanta rápidamente y, después de dar un abrazo a su madre, corre a comprobar si tiene todo preparado en ta cartera.
- Mamá, me falta el bolígrafo. ¿Tienes tú alguno para dejarme?
- Sí, aquí tengo uno. Pero es de punta fina y a ti te gusta de punta gruesa.
- Da lo mismo, mamá. Todos son iguales.
Mientras camina feliz al colegio, con su cartera colgada a la espalda, Juan se promete ser un buen estudiante, aunque esto le cueste un gran esfuerzo.
At 9:10 PM,
Dios Tam, ees una genio, como pueden bullir tus neuronas, un post tan creativo???
La verdad cuando te pones asi me desconciertas. ¬_¬ , vale olvida esto ultimo.No mejor solo uqedate con lo ultimo, lo demas tiralo a la basura junto con el post anterior.
Quiero decir el de la papelera.
me estoy liando. Por que esto no se quedara sin tinta tambien? asi tendria una buena excusa.
susurros tras la oreja.
At 9:38 PM,
At 9:44 PM, Dolo Espinosa
At 11:04 PM,
At 11:46 PM, Mari Carmen
At 8:29 AM,
At 9:35 AM,
Qué bueno, eh! jajaj tu boli y tu cuaderno hablan? a mi me habla el blog y mi abuela,lo q tiene merito pq es una fantasma, ajaj! Tus comment no los entiendo bien, y me vas a perdonar, pq te conozco poco aun, jajaj pero cuando dices que ya somos muchos los ruvios es pq n o me lo merezco, verdad? me acompleja un poco estar al lado de tan buenos blogeadores, pero bueno, tenia ilusion, ajaja!
Bezos.
At 10:27 AM, NoSurrender
At 10:42 AM,
¡Itoitz muchísimas gracias por la fábula del boli de Juan!
De pronto me asalta la duda: Fábula es para animales, ¿no? ¿¿Cómo se llaman los cuentos con cosas como protagonistas??
Kiko sí hablan, lo que pasa es que tú no los oyes :P
Dude ¿cuánto te debo? ¡Gracias guapo! :D
¿Y el boli de tu profe era simpático, Mescalino?
Loly, ¡bienvenida y muchas gracias! No sé que le ocurre a tu perfil, iba a visitarte y no me permite el acceso :(
(...)
At 11:10 AM,
At 11:53 AM,
Yo creo que si el boli empieza a hablarte, a lo mejor es porque la escayola te aprieta demasiado, pero vamos, que es mi opinión, eh??
No arrancaría las hojas. Lo escrito, escrito está. Al releerlo, puedes arrepentirte o quizá ya no pienses igual, pero define un momento, equivocado, tal vez, pero un momento tuyo, al fin y al cabo.
Ah! Y respecto a un par de posts atrás, NO te compres las lentillas, a veces distinguir sólo bultos y colores hace de la vida una aventura. Te lo dice una miope que siempre sale sin gafas :)
Fanny no me extraña que escriba, pobrecico. Haces como mi abuela, ahí, a rascarlo contra toda la caca y pises de perro y todas las porquerías del suelo de la calle, agg!
MJ pues me estoy planteando setiamente lo de las lentillas porque las gafas las pierdo todas, se me rompen... en fin, un desastre :$
¡Besicos!
At 5:48 PM,
At 6:10 PM,
At 7:41 PM,
At 10:30 PM,
At 6:02 PM,
Hace mucho tiempo que leo en silencio, y nunca dejo de sorprenderme en este lugar.
¿Qué puede llevar a una señorita como usted a trascribir una conversación entre su boli y su diario?
Tal vez sea meterme donde no me llaman pero a veces es bueno pasar capítulo completamente. Si tuviste la valentía de arrancar esas hojas en un momento dado, seguro que había una buena razón para hacerlo.
Un saludo, gracias por escribir Srta. Susano
At 8:31 PM,